Yo miro a Buenos Aires del
nido de un gorrión
Alguien puede decir que Arthur se está mirando a los ojos con un tripulante. Otro
dirá que esto es imposible. Lo que pasa es que Arthur está tan concentrado –no mueve
más que su mandíbula, a veces una mano-, su mirada es tan penetrante que da la
impresión de que no sólo puede ver a una persona que vuela a más de ochocientos
metros del nivel del mar, sino que además puede traspasar las paredes del avión
en el que se transporta. El avión pasa lento. Atraviesa de punta a punta un
cielo completamente despejado. Arthur no deja de verlo ni siquiera un segundo. Tal
vez imagine a un niño mirando por la ventana, un niño que le dice a su madre
que mire, que se ve toda la ciudad y que en un momento se queda callado, no
insiste con que miren porque se entretiene viendo a un tipo que está parado en
el medio de una terraza, un tipo que mira para arriba, un tipo que tiene en una
de sus manos decenas de semillas de girasol, que de vez en cuando escupe la
cáscara de una que tiene en la boca, pero ni por eso ni por ninguna otra cosa
deja de mirar para arriba, en dirección al avión; y ahora es el niño el que
parece estar mirando a Arthur a los ojos, y el esfuerzo es mucho más grande,
porque es más fácil ver a un avión en el cielo desde la tierra que estar en un
avión y encontrar a Arthur en una terraza de la ciudad.
Ahora Arthur se convence de que Anabella trabaja de azafata. Piensa que es
entendible que en todos estos años no lo haya encontrado porque se pasa la vida
viajando de acá para allá. Pero tal vez, se ilusiona, ande mucho por el cielo y
cada vez que pasa por donde está la terraza de Arthur interrumpe sus labores
por unos segundos y se detiene a ver si está su amado, parecido a lo que pasa
en un cuento de Cortázar.
La escena tarda lo que el avión dentro del campo visual de Arthur, que está en
su terraza y mira para arriba sin importarle el dolor de cuello. El sol está
cayendo. Arthur al principio veía un avión en miniatura, hacía el final sólo
visualiza una luz titilante en el medio del cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario