jueves, 5 de mayo de 2011

la visita

Timmy llegó puntual. Se presentaron mutuamente y subieron a la terraza. Timmy tenía una botella de vino tinto en una mano y un dvd en la otra. En algún momento le dice mirá lo que traje y en vez de mostrar el vino y hacer algún comentario sobre la bodega, el muy atrevido le da un dvd a Arthur. Arthur lo mira mal, luego baja la mirada y lo escucha mientras ve el dvd en sus manos: es una de mis preferidas, hicieron el casting en Croacia y quedó Draghixa Laurent. Las croatas son las mejores, esta Laurent es amiga de Sandra baby. No las conozco, che. ¿No conocés a Sandra baby, la acróbata vaginal? No. No sos nadie, mirá la terraza que tenés y nunca viste una de Sandra baby. No, nunca. ¿Viste una porno alguna vez? No. Habré entendido mal, ¿vos no me invitaste a ver una película? Sí, pero había pensado en una de Lina Wertmuller, Amor y anarquía.
No vieron ninguna de las dos. Se colgaron hablando cada uno de la película que pensaban ver. Timmy vaciándose la botella de vino y Arthur escuchando sobre minas, poses y otros experimentos salidos de algún laboratorio. Escuchando hablar a Timmy sin puntos, con oraciones gigantes, llenas de comas, que se dirigen hasta el fondo mismo de la Tierra. Arthur tomando un té y fumando un cigarrillo tras otro, sin parar, interrumpiendo a veces para hablar de los recuerdos de un extraño cabaret con minas e historias de otros tiempos. Detallando a su amor blanco, rubio, de labios finos e irresistibles que no traían más que persecuciones y malos entendidos.
Claro, dijo Timmy en algún momento, interrumpido por un eructo, hablamos de lo mismo, mujeres enloquecidas y las ansias por matar a Mussolini.

Los dos chochos por tener un amigo se quedan dormidos en el colchón.

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